ORGANIZAR LOS PIES PARA CAMINAR EN EL AIRE Y SENTIRTE ARRAIGAD@

pies-arena

Patricia Bustos Roa

Habitualmente prestamos atención a nuestros pies cuando nos duelen o… cuando necesitamos comprar calzado. Tal vez les prestaríamos más atención si supiéramos que muchos dolores de cuello y espalda se relacionan con la organización de nuestros pies y cómo los usamos.

Es habitual que las personas que acuden a mi consulta, por un dolor de espalda o de cuello, se extrañan cuando comienzo tratando sus pies y se asombran más aún al constatar el alivio que logran en sus dolencias después de un trabajo de organización de sus pies y de hacer conscientes sus descargas de peso. Pero, cómo no habría de ser así, si… ¡¡¡son los pies los que nos relacionan con la tierra!!!

Es en los pies donde la ley de gravitación universal , uno de los pilares de la ciencia física, hace su efecto en la bipedestación y la marcha.

Nuestros pies son una compleja maravilla de arquitectura, cada uno de ellos está formado por 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos ligamentos y tendones. La compleja forma de arcos que forman la bóveda plantar elástica, cumplen una función de amortiguador. Los arcos se van relevando para impulsar la marcha y además adecuarse a las irregularidades del terreno; en el pie toman relevo los músculos flexores y extensores  que a través de las fascias tendrán un efecto en todo el cuerpo.

¿Cómo no va  a repercutir entonces en el cuello (y antes en las rodillas y la columna vertebral) el efecto de un pie rígido, que no se adapta a las irregularidades del suelo  y transmite como un empuje la reacción del talón contra el suelo, hasta la columna vertebral y el cuello?

El peso del cuerpo debe ser repartido en ambos pies, durante la marcha y la bipedestación. Al iniciar las sesiones de trabajo, siempre mis alumn@s  parten  haciendo un «semáforo» ( me he referido a este ejercicio en columnas anteriores)  y se sorprenden de la desigual o escasa descarga de peso en los pies y la enorme tensión en los hombros y ….¡cómo no! si al tener juanetes o pies con arcos mal estructurados,  la fuerza de gravedad y la ley de acción y reacción tomarán en el cuerpo caminos en  que necesariamente habrá zonas  que tendrán que asumir una mayor carga o soporte de estructuras mal alineadas.

Tener opciones para cambiar aquellos hábitos que nos limitan y entorpecen nuestra relación con nosotros mismos y con el entorno, es el inicio de un cambio en el que la práctica consciente de nuevos hábitos de movimiento permitirán una reorganización de nuestra actura corporal.

De pequeñ@s  tod@s aprendimos a caminar y adquirir autonomía organizándonos desde nuestro esqueleto; en el camino nuestras relaciones ( con nosotr@s, los otros y el entorno físico), fueron cambiándonos y fuimos compensando aquellos dolores físicos y emocionales en nuestro cuerpo y de esta forma fuimos adquiriendo hábitos emocionales y de movimiento que fueron dejando una huella en nuestro cuerpo. Es así como el modo en que nos movemos refleja nuestro pensar sentir y emocionar.

Tener pies flexibles que se adapten al terreno que pisamos, permite que nuestras rodillas transmitan el movimiento hacia la pelvis, haciendo posible que esta, a través de las curvas de la  columna, ondule dicho movimiento hasta el cráneo y de allí hacia nuestra lengua y ojos. Entonces… ¿cómo no tratar el bruxismo y los dolores de espalda desde los pies?

Tener pies firmes  y flexibles sobre la tierra permite usar la gravedad y la fuerza de acción y reacción para desarrollar una caminata liviana y grácil  .

Es muy satisfactorio entonces, cuando después de una sesión, algún alumn@ me dice que se siente más livian@, pero con los pies más firmes o con una sensación de mayor peso en los pies.

 

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