
Los ojos hacen mucho más que ver, nos comunican con el mundo externo, pero también posibilitan la mirada interna.
Comprendemos que somos más que anatomía; más precisamente, comprendemos que nuestra anatomía incluye a las emociones, a la memoria, a nuestra autoimagen. El sistema visual se relaciona con el sistema postural fino, con los receptores sensitivos; estos informan al sistema nervioso central cuál es nuestra situación y posicionamiento en relación al entorno. Esta información que recibimos a través de los ojos se vincula con los receptores de los pies, articulaciones, sistema vestibular, sistema oclusal y órganos internos. Todos estos sistemas envían la información requerida para que el sistema nervioso realice los ajustes que son necesarios para distribuir el centro de gravedad, y de esta forma mantenemos un equilibrio dinámico en permanente modulación
Los músculos de los ojos trabajan en sinergia con los músculos suboccipitales y el esternocleidomastoideo, para activar el reflejo oculocefalogiro, que permite girar la cabeza. Si los músculos de los ojos no trabajan de manera suave, precisa y en sinergia, por ejemplo, si uno de ellos o alguno de ellos, tiene una menor capacidad muscular, una rigidez, entonces el raquis cervical, la columna, las escápulas y el tórax deberán hacer compensaciones adaptativas
Dichas adaptaciones. con el tiempo, pueden causar otras disfunciones: cervicalgias vértigo, dolores a nivel torácico, rigidez de escápulas, alteraciones mandibulares y alteraciones en el apoyo de los pies y la marcha además de alteraciones cognitivas emocionales y comportamentales
La vida es en el cuerpo y los ojos, es decir, nos traen imágenes del exterior, vibran con los recuerdos, con las emociones que nos comunican y conectan en nuestra condición humana. Las emociones son respuestas de nuestro cuerpo y es el sistema nervioso que responde fisiológicamente generando una reacción orgánica de integración y adaptación
No olvidemos que los ojos están comunicados con la nuca, con la lengua, y a su vez estos están conectados con el diafragma, el gran músculo motor de la respiración y el principal soporte miofascial de nuestra organización postural. No olvidemos que la respiración moviliza todo nuestro cuerpo y que, en fin, estamos conectados de los pies a la cabeza y de adentro hacia afuera. Somos cuerpo pero también somos en el cuerpo.
La anatomía vivencial es una invitación a trabajar con nosotr@s, tomando conciencia de nuestra forma de organizarnos y de habitar el cuerpo, validando nuestras sensaciones y emociones, lo cual nos otorga un saber de primera mano.
Hay secretos que nuestro cuerpo alberga, secretos grandes o pequeños y que cada un@ puede descubrir, escucharlos y acogerlos, para darles un camino de bienestar, esta es nuestra responsabilidad, toma tiempo, pero, en la medida en que cambia nuestra percepción de nosotros mismos, cambia también nuestra manera de estar en el mundo y de relacionarnos con los demás. Si la percepción de nosotros cambia, es muy probable que también el mundo que percibimos cambie
El trabajo con los ojos en las lecciones de Autoconciencia a Través del Movimiento, del Método Feldenkrais, suele ser sorprendente en los cambios que provoca, no sólo en el ámbito de lo estrictamente visual, sino también respecto a las sensaciones.
Comparto algunos de los comentarios después de las clases:
“Sentí una sensación interna de alegría y de apertura”;
“El horizonte es más amplio, más alto”;
“Tengo sensación de seguridad y bienestar”;
«Veo mucho más claro y nítidos los colores«;
«Se me liberó el cuello y los hombros«;
«Me dí cuenta que tenso el cuello y los brazos«;
«Mi mandíbula está muy suave«;
«Me siento muy alta , o como que todo se achicó a mi alrededor y es una sensación muy grata«;
«Tengo los pies muy firmes y eso me da una sensación de seguridad y bienestar«.
Lo que sucede es que los ojos nos comunican con el exterior, nos traen las imágenes, pero también vienen recuerdos, emociones y sensaciones y es que los ojos hacen mucho más que simplemente ver.