Por:Patricia Bustos Roa
Los primeros hominideos aparecen aparentemente hace poco menos de 4 millones de años. Los australopitecus, caracterizados ya por andar en posición bípeda, tenían un cerebro no más grande que el de un mono antropomorfo (gorila, chimpancé) alcanzando un promedio de unos 500 cc.
Hace unos 2,5 millones de años aparece el género homo, cuyo primer representante el Homo Habilis ( quien crea por primera vez instrumentos líticos) ya muestra un desarrollo cerebral levemente superior a 600cc.
El Homo Erectus entra en escena hace 1,5 millones con un marcado incremento en el tamaño del cerebro con un rango entre 700 y 1100 cc y un promedio de 1000 cc ( uso del fuego)
Más tarde hace su aparición la especie homo sapiens cuyos representantes más conocidos son los neandertales, su cerebro alcanza un desarrollo similar al del hombre actual 1400cc.
Finalmente hace unos 40.000 años surge nuestro antepasado más reciente el hombre de cromagnon que conjuntamente con el hombre actual constituye el grupo de los homo sapiens sapiens . Su característica cultural principal se inicia aparentemente hace unos 20.000 años con actividades artísticas como las pinturas rupestres.
El cerebro humano evolucionó en unos 3,8 millones de años desde los 500gr ( cercano a los primates) hasta el hombre actual que posee un promedio de 1350 gr. El cerebro antiguo era desconocido y misterioso; durante los últimos 30 años se ha producido un cambio revolucionario en el conocimiento del cerebro humano y los procesos de cognición , esto gracias al avance tecnológico que ha permitido representarlo mediante imágenes computarizadas ( TAC, TEP, RM) y ha sido posible obtener revelaciones acerca de la mente humana, pensamiento, emociones, acciones dando origen a las ciencias cognitivas y al concepto de plasticidad neuronal.
El aprendizaje y la memoria son funciones superiores fundamentales para adaptarnos al medio, recibir estímulos complejos, modificar la conducta y actuar en consecuencia. Todo lo que ocurre en nuestra vidas causa una reacción en el sistema nervioso y esto es la base del aprendizaje, ingrediente principal de nuestra formación como seres humanos.
Nos relacionamos con nuestro entorno a través de la percepción sensorial que realizamos con nuestro órganos de los sentidos; tradicionalmente hablamos de cinco : visión, oido, olfato, gusto y tacto. Con ellos operamos sobre el mundo recibimos y actuamos
Y .. ¿Cómo conocemos nuestro mundo interno? En el Método Feldenkrais adquiere especial relevancia un sentido del que poco hablamos : la propiocepción que es el sentido que nos informa de la posición de nuestras partes corporales, de nuestra posición en el espacio, del equilibrio y de la coordinación; es decir es el sentido que nos da conciencia de nuestro mundo interno a través del cual construimos nuestra auto imagen.
El enfoque somático de la Anatomía Vivencial, desde el Método Feldenkrais, nos propone conocernos como un todo a partir de la conciencia de nuestros movimientos y en relación con el pensar sentir y actuar. Esto es parte de un aprendizaje que nos conduce a explorar nuevos comportamientos a adquirir habilidades fruto de nuestra curiosidad por aprender de nosotros mismos y desarrollar así nuestro potencial humano
Cuando se aprende a través de la experiencia es posible integrar lo aprendido. La Anatomía Vivencial nos permite conocernos a través de la conciencia del movimiento, conocemos nuestra organización, nuestras relaciones internas, aprendemos cómo hacemos lo que hacemos y a partir de este conocimiento podemos explorar nuevas posibilidades de ampliar nuestro repertorio motriz, recuperar la curiosidad vital y con ello hacernos sujetos activos de nuestra salud y nuestra vida.