Del libro: La Sabiduría del Cuerpo
En 1959 Gerda Alexander, fundadora del sistema conocido como «Eutonía», organizó un congreso internacional histórico en Copenhague, ciudad donde se encontraba su escuela al que asistieron personalidades dedicadas a diversas corrientes de la educación somática. Gerda Alexander y Moshe Feldenkrais eran amigos y se apoyaban mutuamente tanto en su trabajo como en sus ideas. El Primer Congreso Internacional de Relajación y Reeducación del Movimiento Funcional incluía clase demostraciones y conferencias. Se convirtió en un evento único al que asistieron educadores de toda Europa que trabajaban en el campo de lo que hoy conocemos como educación somática «Cuerpo y Mente» es un artículo que el doctor Feldenkrais desarrolló a partir de una conferencia que dió en este evento.
……Hay dos vías principales para modificar la conducta de una persona: a través de la psique o a través del cuerpo.No obstante, el cambio real se debe producir de forma tal que el cuerpo y la psique se modifiquen simultáneamente. Si el enfoque no es integral, el cambio sólo se mantendrá mientras el sujeto siga siendo consciente de él, y a condición de que no retorne a sus patrones habituales espontáneos.Sin embargo, mediante la observación de la propia imagen corporal se pueden detectar los hábitos musculares no deseados antes de que vuelvan a activarse e inhibirlos o facilitarlos de un modo voluntario.
La ventaja de aplicar un método corporal para abordar la unidad de la actividad mental y muscular reside en el hecho de que la expresión muscular es más simple porque es concreta y fácil de localizar. También es incomparablemente más sencillo conseguir que una persona tome conciencia de lo que sucede en su cuerpo y, en consecuencia, el enfoque corporal produzca resultados más rápidos y directos. Si trabajamos con partes significativas del cuerpo- como los ojos, el cuello la respiración o la pelvis -, es fácil provocar cambios anímicos sorprendentes de forma inmediata . He conseguido resultados claros con una técnica grupal que también se puede aprender de forma autodidacta.
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La vejez, por ejemplo, comienza cuando el individuo toma la decisión de no desarrollar nuevos patrones corporales . Se empieza por elegir actitudes y posturas que no comprometan la dignidad y rechazar determinadas acciones que pronto serán imposibles de realizar, como por ejemplo sentarse en el suelo o saltar. Recuperar e integrar acciones tan simples como estas tiene un efecto marcadamente rejuvenecedor no sólo sobre la mecánica corporal sino tambien sobre toda la personalidad.