Aprender a moverse con mayor satisfacción y eficacia

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 Charla dictada por Christa Lutter (Feldenkrais Practitioner) en Enero de 2012 en el Centro Cultural La Reina, Santiago de Chile

Traducción desde el francés: Patricia Bustos Roa

Segunda parte: Aprender a moverse con mayor satisfacción y eficacia

En general no estamos acostumbrados a sentirnos (percibirnos) sino de manera dolorosa. El dolor en general sirve como alarma, nos indica que algo anda mal. Pero el sentido de alarma nos hace falta: mientras no llegamos a un estado del dolor crónico –que asociamos muchas veces con “la edad”-, vivimos muy bien con dolores periódicos, por ejemplo la nuca rígida (la tortícolis pasa), el dolor de la espalda (el lumbago pasa también, pero se repite cada vez con mayor frecuencia).

Estamos tan acostumbrados a ponernos rígidos y superar esos dolores para enfrentar la vida (¿en lugar de vivirla?), que no nos damos cuenta  que nuestro cuerpo se mueve cada vez más en bloque y entonces nos sentimos como un bloque. En ese momento decimos: «estoy bloqueado…», y por un lado tenemos razón, porque necesitamos fuerza y rigidez en situaciones específicas, también para protegernos –además un comportamiento homogéneo es indispensable para cada acción. Y si, por lo demás, pasáramos todo nuestro tiempo sintiendo cada detalle de nuestro cuerpo, poniendo atención a cada dolorcito, nos paralizaríamos.

Pero es necesario sentir las alarmas (son parte de nuestro equipo de supervivencia como especie), conocerlas y reaccionar en consecuencia; en general nos conviene saber lo que nos sirve y lo que nos hace daño. Es útil entonces aquí poner en práctica nuestra inteligencia.

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El Método Feldenkrais®

Con este método aprendemos a movernos con inteligencia.

En efecto, aprendemos a usar la inteligencia de nuestro sistema nervioso y de nuestro sistema sensomotor y nuestra inteligencia intelectual se «despide» por un momento, pues tiene su valor en otro contexto. En lugar de esta, confiamos ahora en el funcionamiento neuromuscular, en el sentido cinestésico del individuo, en sus capacidades de sentir, de imaginar y hacer.

Aprendemos, y para aprender necesito una disposición mental muy especial y universal. Tengo que estar motivado, curioso, explorador, con mi voluntad, pero sin confundir esto con «voluntarismo» pues así no resulta nada, no soy libre para observar y descubrir. Por ese motivo el Método Feldenkrais tiene un aspecto científico y lúdico, adopta la actitud del explorador y creador de sí mismo.

ATM e IF

Moshé Feldenkrais creó dos métodos somáticos educacionales interrelacionados: el primero, la autoconciencia a través del movimiento (ATM) es una técnica  que se orienta verbalmente al grupo; el segundo, la integración funcional (IF), es una técnica no verbal de contacto manual diseñada para quien desea una atención más individualizada.

Las lecciones de Feldenkrais de ATM agrupan movimientos, imágenes y estímulos para la percepción sensorial. Una clase normal suele durar alrededor de una hora y combina movimientos temáticamente relacionados. El contenido de las lecciones incluye el desarrollo de movimientos como rodar, funciones  tales como la postura y la respiración; exploraciones sistemáticas de las posibilidades cinéticas de las articulaciones y los grupos musculares. Estas lecciones no son “ejercicios físicos” para desarrollar la musculatura, sino que son exploraciones que promueven mejoras mediante la toma de conciencia de uno mismo y facilitan nuevos aprendizajes.

Generalmente, el movimiento inicial es muy pequeño, con especial énfasis en la comodidad, la facilidad para, gradualmente, hacerse consciente del modo en que la musculatura, el esqueleto y la totalidad de la persona se implica en cada movimiento. Como el germen de una semilla, los movimientos pequeños crecen dentro de los movimientos de mayor complejidad, magnitud y rapidez. La consecuencia es aprender a moverse con mayor satisfacción y eficacia.

Frecuentemente, las lecciones de ATM evocan un estado similar al trance. A diferencia de las típicas clases de ejercicios, para los ejercicios de ATM no se da una explicación de «cómo» se hacen ni se muestran previamente. Así, lo que se aprende surge orgánica y espontáneamente.

En ocasiones sólo se trabaja físicamente un lado del cuerpo y el otro mentalmente, es decir, se trabaja en la imaginación. Esta práctica mental perfecciona la sensibilidad cinestésica, de lo que se perciben y se diferencian claramente los impulsos y los patrones musculares con una mínima movilización. Durante toda la lección se orienta a los alumnos para integrar y aplicar las habilidades recién descubiertas por medio de sugerencias y relatos.

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Lección IF -Moshe Feldenkrais

Las lecciones individuales de IF se basan en la misma lógica que las de ATM. Se aplica en una amplia gama de personas, desde los que padecen limitaciones y dolencias físicas –como problemas neurológicos y músculo-esqueléticos-, hasta atletas y todo tipo de artistas (músicos instrumentistas, actores, bailarines

El método de la IF no es una práctica médica ni terapéutica, ante todo se basa en el aprendizaje no verbal y se orienta a incrementar la eficiencia, la coordinación, la soltura y el propio dominio del movimiento de la persona.

Las sesiones se llevan a cabo con el alumno acostado en una camilla de base blanda pero firme, aunque también puede estar de pie o sentado. El profesional del método toca o mueve suavemente al alumno de varias formas para facilitarle la toma de conciencia, el aprendizaje orgánico y la vitalidad.

Cada movimiento de la sesión es parte de una comunicación que Feldenkrais comparaba con el baile. A través del contacto el profesor desvela o sugiere un patrón funcional motor, y entonces el sistema nervioso del alumno elabora una respuesta muscular nueva.

Progresivamente, mediante las repeticiones y variaciones, el alumno reúne o sintetiza, normalmente en un plano inconsciente, una imagen neuromuscular nueva de movimiento, la cual puede ser reproducida posteriormente durante cualquier acción. Al final de la sesión el profesor ayuda al alumno a integrar lo aprendido en la vida cotidiana por medio de movimientos alternativos, basado en las funciones que tratan las lecciones y mediante sugerencias verbales.

• Feldenkrais ha dicho (y no fue el único en decirlo): La Vida es movimiento, y si somos capaces de movernos y sentir esta capacidad, más vivimos. ¿Qué sucede cuando nos sentimos vivos? Vivir es una sensación, es también como una emoción. Y sentimientos y emociones también son movimientos, movimientos interiores. Esos movimientos mentales no son el sujeto directo del MF, sin embargo son ingredientes inseparables del movimiento físico de la persona.

• Por ejemplo: cuando salto hacia el agua, haciendo una “bombita” existe un momento, muy corto –cuando uno se siente libre de la gravitación, dependiendo de la altura (y de la edad del que salta)- que es un momento grato y la sensación es fantástica. ¿Y la emoción? El miedo a la caída es algo reflejo, pero el salto voluntario produce la liberación de este reflejo y, en consecuencia, también del miedo.

• Cuando el cuerpo no necesita ningún esfuerzo especial para mantenerse en un campo de gravitación, nos sentimos livianos, libres, felices, como en ese ejemplo del salto hacia el agua en que el cuerpo está volando y entonces parece volar también el alma. Los niños nos enseñan esto cuando, debido al puro placer de moverse, gritan de alegría.

Las maneras de moverse y  las emociones están  vinculadas, este momento del placer es parte integral de las lecciones de toma de conciencia a través del movimiento porque, cuando estamos bien organizados, los movimientos  vuelven a ser livianos, fluidos, elegantes etc., y nos sentimientos bien.

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